martes, 29 de enero de 2019

Querida transición


Tiempo de cambios:
Hablamos de emprender caminos
y cerrar etapas,
olvidándonos de lo que ocurre
entre aquellos inicios y estos finales.

Qué injustos somos con las transiciones,
que tanto nos enseñan y sedimentan,
que nos permiten escarbar y destruir,
imaginar y cumplir.
Transiciones que llegan antes que los finales
y que cualquier principio,
mudándonos la piel,
y ayudándonos a conservar el alma.

Una transición es un matiz de esos
que hay quien se atreve a obviar,
haciendo suyo el "conmigo o contra mí";
una transición es dudar,
temer y suspirar; es sonreír y avanzar.

En las transiciones parecemos perdidos,
pero en realidad, nos encontramos a nosotros mismos
intentando incorporar a nuestro ser lo que dejamos atrás.
Tonalidades que enriquecen una escala de colores
nacida en blanco y negro; ahora, infinita.

El verde de aquella pared y el azul de sus ojos
se abren paso entre el ocre de aquel salón
y el lila de las calles, para dar luz al mar en el que
se apagará mi transición, que volverá,
no sé cuando, con una vela entre sus branquias.

                                                                                    *la mirada es de J.C.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.