martes, 29 de enero de 2019

Querida transición


Tiempo de cambios:
Hablamos de emprender caminos
y cerrar etapas,
olvidándonos de lo que ocurre
entre aquellos inicios y estos finales.

Qué injustos somos con las transiciones,
que tanto nos enseñan y sedimentan,
que nos permiten escarbar y destruir,
imaginar y cumplir.
Transiciones que llegan antes que los finales
y que cualquier principio,
mudándonos la piel,
y ayudándonos a conservar el alma.

Una transición es un matiz de esos
que hay quien se atreve a obviar,
haciendo suyo el "conmigo o contra mí";
una transición es dudar,
temer y suspirar; es sonreír y avanzar.

En las transiciones parecemos perdidos,
pero en realidad, nos encontramos a nosotros mismos
intentando incorporar a nuestro ser lo que dejamos atrás.
Tonalidades que enriquecen una escala de colores
nacida en blanco y negro; ahora, infinita.

El verde de aquella pared y el azul de sus ojos
se abren paso entre el ocre de aquel salón
y el lila de las calles, para dar luz al mar en el que
se apagará mi transición, que volverá,
no sé cuando, con una vela entre sus branquias.

                                                                                    *la mirada es de J.C.

viernes, 25 de enero de 2019

Corazones a la deriva

Te sale quererle a él, y no finges.
Igual que cada noche esperas a que ella llegue,
con la cena enfriándose sobre la mesa,
porque cuando la ves cruzar el umbral de la puerta,
tú ya solo piensas en el postre.

Sientes que a él nunca le podrás dejar,
está tan grabado en tu piel,
que no es solo un tatuaje más.

Y luego está ella, que, 
aunque no buscaba cruzarse con tu mirada,
terminó por fusionar vuestros océanos.
A partir de ahí te hiciste marinera,
sin confesar lo que a todas luces era evidente,
y que a ella, sin que tú lo supieras, no le importó.

Cada noche llegaba tarde a casa para que a él
le diese tiempo de decirte cuánto te echaba de menos,
tú sonrieses, y tachases un día más 
de aquel calendario que os separaba.

.
Y así transcurrían las noches: entre cenas frías,
teléfonos ardientes y corazones a la deriva.

                                                                              *la mirada es de P.G.