domingo, 27 de mayo de 2018



"La vida es un accidente", me dijo.



miércoles, 23 de mayo de 2018

Olor a café


Café negro en un vaso de cristal y un cigarrillo en tus manos, tabaco negro también.
Una tarde de verano asalta mi mente y llena mis ojos de lágrimas.
Te sentaste en tu silla, en tu sitio, y llevabas puesta aquella camisa de
tonos blancos desgastados, el paquete azul de tabaco se trasparentaba
en el bolsillo de la camisa, que contrastaba con tu piel morena.

Las persianas estaban bajadas por el calor y la casa mantenía el frescor de las casas de antes, de los hogares de los abuelos, que parecen protegerte hasta del agosto más seco. Cantabas, como siempre, y las uñas de tus dedos hacían el mejor de los compases al vibrar contra la mesa de madera. Y yo desde el sofá te miraba y tú me sonreías.

Hoy, al estrenar la cafetera, te he llorado desde muy adentro.
El olor a café inunda toda la casa, pero tu ya no estás.

domingo, 20 de mayo de 2018

Antítesis

Hay quien pide que le dibujen un cordero,
y quien quemaría todos los corderos del mundo.
Fuego que relampaguea. Choque. Ratas de ciudad.

Sin miedo a caer, y a la vez protegido por su propio colchón,
deambula por cualquier rincón sin esperar nada, aunque lo busque todo.
Abre puertas que no sabe si podrá cerrar y no le importa.
Realidades que le asaltan y atormentan.
Caos que nace de sus entrañas y vomita en cada acorde.
Dimensión roja y negra que ya no distingue.
Y rebeldía resignada.
Perecedero, incluso más que la vida.

Al otro lado, un corazón encogido mira sus ojos vivos y lunáticos.
                                                                                             

     Oscuridad.




viernes, 13 de abril de 2018

Su aterrizaje en mi solar


"¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?"
La misma pregunta me hice cuando le vi entrar en aquel pub,
que pudiera ser una metáfora de la vida.
Desde entonces no ha dejado de romperme los esquemas.
Habla mucho del pasado, puede dedicar horas a regalar historias que,
si escuchas con atención, te dicen quien es.

Es tan diferente que borra líneas ni sabía que existían,
transformándolas en curvas irregulares y cambiantes que no dejan de crear.
No sé si fue un flechazo,
lo que si sé es que a día de hoy todavía sonrío al recordarlo.

Ya en la primera cita se desnudó abriendo el pecho en canal;
en el segundo encuentro, la intención se nos desvió de cintura para abajo.
En el tercero, mi cuerpo despertaba al peder el contacto con su piel.
La cuarta cita me recordó lo bien pintada que estaba su sonrisa en la cama,
convirtiéndose en entrada triunfal la llegada de su mano a la mía.

Y ahí estábamos, con más cosas en común de las que parecíamos tener,
o eso pensaban aquellos que nos miraban tras el cristal;
aunque la verdad era que lo único que compartíamos,
además de tabaco de liar,  era una ciudad en el carnet de identidad.




sábado, 7 de abril de 2018

El color de las musas


Las musas, sus visitas y el tiempo.
Es cierto que cuando llegan han de sorprenderte con papel y boli en mano,
aunque no todo el mérito es suyo.

Sobrevaloradas musas a las que imagino por colores:
una de ellas es azul, como sus ropajes;
otra de tonos lilas y cabellos despeinados.
Una de las musas se escapó de la época romana,
haciendo gala de su omnipresencia, perdurable en el tiempo.

Las musas las fabricamos y nos las crean.
La última en incorporarse al reguero de mis venas es constante y guerrera,
y le gusta hacerme compañía. A mí también que venga.
Me ayuda a exprimir recuerdos, porque por mucho que digan,
las musas no inspiran, sino que despiertan emociones escondidas bajo la piel.

miércoles, 4 de abril de 2018

Matices que apagan brillos

Una vida vacía, impregnada de rutina. Agónica rutina que, una y otra vez, 
le quemaba por dentro calcinando los espacios en los que el eco taladraba sus oídos. 

Llevaba ya tiempo intentando encontrar emociones en el desván de la desidia; 
buscando hallar novedades en lúgubres rincones, 
allí donde jamás existió absolutamente nada. 
Ella siempre supo que aquello que no había nacido, 
no moriría jamás y que no perdería su tiempo en disfraces enlutados.

Tiempo que si no perdía no valoraba; risa que si no corría peligro, no quería salvar; 
paisajes que ni había visto ni podía imaginar 
y que formaban parte de un resbaladizo corazón, 
que se sentía culpable por tenerlo todo y no ilusionarse por nada.

Solamente fue necesario cruzar una primera mirada para poder entenderla. 
Quedaba patente que su silencio formaba parte del desarrollo de aquella novela, 
el relato de su propia historia. 
El brillo de sus ojos escondía una metáfora clandestina oculta en aquel poema de amor, 
y su soledad retrataba silenciosos gritos de tristeza que resonaban en aquellos suspiros incesantes.
Suspiros de un alma atormentada, que, por más que lo intentaba, no lograba sacar a flote al corazón.




                                                                  Compartido y escrito por ambos.
                                                                                   Gracias G.,

sábado, 31 de marzo de 2018

Blanca primavera


Las sábanas blancas son blancas por él.
Nacieron para potenciar su boca
y darle color a un deslucido primer domingo de primavera.
Ellas, que le envuelven en la noche,
pueden sentir su luz mientras duerme
y alimentarse de su risa involuntaria.
Ellas, que tantos han visto pasar,
nunca vivieron celos algunos como los de verle despertar.