domingo, 22 de septiembre de 2013

Un regalo inesperado

Mire donde mire encuentro un lugar para emocionarme. Tristeza y dicha se dan la mano en una misma imagen. Me doy cuenta de la importancia que supone tener a alguien al lado para que te ayude cuando ya no puedes solo. Y más importante aún, para que no permitan que se te olvide reír.

Un señor mayor me descubre mirándole cuando intenta llegar desde su silla a la orilla, le sostienen su hijos y dudo que pueda darse un baño. Para mi sorpresa, poco a poco sus pies avanzan y tocan el agua. Ahora también sus rodillas se sumergen.

Desde mi toalla creo verles reír. De repente el hombre más robusto se sitúa tras el anciano padre y le coge suavemente por la espalda, a la altura de los brazos, éste se deja caer. Flota entre las olas. Se balancea, o le balancean, ¿importa eso realmente? El señor ya no se da cuenta de mi presencia, él solo sonríe bajo los delicados rayos del recién llegado septiembre. Sonríe y me regala su felicidad.

domingo, 1 de septiembre de 2013

La última capa

Elegir la fotografía que todos verán cuando vayan a visitarte o el epitafio no es fácil,
pero es la última de las absurdas maneras de pensar que no te has ido.
Después no quedará nada.

Una capa más nos separará. Ya no habrá nuevas conversaciones.
A partir de ese momento no tendremos más decisiones que tomar.
Siento que estoy un poco más lejos de ti.

Cualquier conversación estará basada en recuerdos,
las anécdotas se repetirán igual que se repiten tus fotos.
Ya no hay nuevas ni las habrá.
Por eso me resisto a ver todos los albums de casa,
para que aún queden sorpresas que no nos dejen separarnos.