domingo, 27 de febrero de 2011

Nadie me avisó que sería así

La obra literaria de un escritor suele atravesar diferentes fases; ya sea la de un místico o la de un romántico. Generalmente, los expertos, achacan los viajes por las estaciones temáticas a la edad de los escritores. Me explico: el niño hablará de fantasías, el joven hablará de amor y desamor, el adulto mezclará las dos etapas anteriores y se piensa que cuando un autor va envejeciendo reflexiona con frecuencia sobre la muerte porque la siente cada vez más cerca.

Con el paso del tiempo yo también lo estoy meditando y el motivo no es la vejez. La razón es la misma muerte. Cuando llega el momento en el que ves cómo van desapareciendo las personas que siempre han estado ahí, entonces te das cuenta de que llegará un momento en el que toque despedir a alguien más. De nuevo te encuentras en el Camposanto para ver marchar al siguiente, y de paso, visitar a aquellos que se le adelantaron. Adecentas el lugar y colocas unas flores. Y allí mismo, con las manos mojadas por el agua que gotea de los pétalos, comprendes que no queda nadie a quien decir "Adiós".

Mirarás tus manos y las verás arrugadas. El tiempo ya pasó para ti. El mundo sigue su ritmo y tú no puedes seguirlo, no quieres seguirlo. Todo aquello que te hacía feliz quedó muy atrás. Lo único que permanece eres tú y si en alguna ocasión te hacen dudar o te doblegan a un segundo plano, recuerda que sigues siendo la misma aunque ahora en lugar de dorados, tus cabellos se tornen grisáceos.

sábado, 19 de febrero de 2011

"El Club de los Poetas Muertos"

Fui a los bosques porque quería vivir a conciencia

Quería vivir a fondo

y extraer todo el meollo a la vida

Dejar de lado todo

lo que no fuera la vida

para no descubrir,

en el momento de la muerte,

que no había vivido.

martes, 15 de febrero de 2011

La Luna ya no volvió a ser del mismo color

Habitación 616. Allí estaba ella. Sin creerlo aún. En apenas unos minutos su mundo se había puesto patas arriba. Tenía esa extraña y típica sensación que tiene una niña la noche del 5 de enero. Llegan los Reyes Magos y los niños mezclan la impaciencia y el respeto. Él le había mandado un mensaje al móvil diciéndo que pronto se verían. Había planeado un viaje. Los pasajes ya estaban comprados. Ella se encontraba en el hotel escribiendo como si la historia no le perteneciera. Como si fuera un relato intruso.

La chica, tendida sobre la cama, tecleaba las minúsculas teclecitas de su notebook mientras imaginaba el reencuentro. Como tantas otras veces a jugado con dejar volar sus pensamientos... ideas que al final quedaban suspendidas en el aire, sin más. Esta vez parece que iba a ser cierto y probablemente, lo que sucederá en esos cuatro días lo recordará toda la vida con la mejor de sus sonrisas: porque ella también tiene derecho a vivir uno de esos amores que sólo suceden en los libros.

viernes, 31 de diciembre de 2010

Leyendas de Pasión


"Algunas personas escuchan sus voces interiores con gran claridad y viven de acuerdo con lo que escuchan; esas personas se vuelven locas... pero se convierten en leyenda."

jueves, 16 de diciembre de 2010

Emblemática

Las flores del cerezo suelen caer muy pronto. Esto es lo que sucede con la flor de Sakura. Delicada y frágil. Con el viento enseguida cae. Es una pena que dure tan poco, pero de esta manera, se puede disfrutar de su belleza y al tocar suelo en su plenitud, no da tiempo a verla marchitar. No se deja ver débil. El ser humano tiene la capacidad de atribuir significados a otros seres vivos o a determinadas cosas, que van más allá de la pura apariencia física de las mismas. Sakura representa la personalidad del guerrero, es una leyenda y un estilo de vida. Es alegre y parte pronto. Se muestra suave y valiente. Está abocada a ser teñida por el destino y perder su blanca inocencia. 

Esto guarda una estrecha relación con parte del código samurái en Japón. Es más, el emblema de los luchadores era la flor del cerezo. La aspiración de un samurái era morir en su momento de máximo esplendor, en la batalla, y no envejecer y "marchitarse", como tampoco se marchita la flor del cerezo en el árbol. Existen dos variedades de Sakura, una en blanca y otra en un tono rosa pálido. Hay una leyenda japonesa que dice que antes, las flores del cerezo eran sólo de color blanco. 

En la Era mejí, en Japón, era común que se fuera a buscar a las casas a los mejores samuráis que había sin importar lo viejos que fueran. Durante años se mantuvo una guerra que se cobró numerosas vidas. En esta época florecían los árboles de flor de cerezo. No era de extrañar que las mujeres casadas con samuráis se quedaran solas, por lo que se estableció una ley en la que se le prohibía a la mujer casada de un samurái en batalla, que se viera con otro hombre que no fuera de su familia. La ley establecía que cualquier mujer sería libre de casarse o juntarse con amigos si ésta probaba que su esposo había muerto en combate. Curiosamente en registros nunca se encontró ninguna mujer ejecutada por esta ley, y sin embargo se encontraron tantas muertas como samuráis de distintas zonas. Ninguna de estas mujeres fue asesinada, ellas mismas cometían el seppuku (suicidio ritual para evitar la deshonra), y siempre frente a un árbol de flor de cerezo. La sangre que absorbía el cerezo provocó que sus flores se fueran tornando rosadas. Siempre que salía un samurái de su casa, se sembraba un árbol de cerezo en su honor.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Como dijo Jean de la Fontaine...


"A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo"

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Ciao

'Bajo la fría luz de Octubre', como decía el título de aquel libro, sucedió el fin de una historia que se comenzó a escribir meses atrás. Una infinidad de miradas complices, de besos con sabor a miel y de cálidos abrazos; mil situaciones, cientos de conversaciones y decenas de promesas cumplidas e inventadas.
No lo había enfocado así, pero amiga mía llevas toda la razón. Lo nuestro fue una despedida y, al ver tus ojos empañados cuando las palabras que brotaban de mi boca recordaban el momento, justo y sólo ahí me di cuenta de lo bonito que fue todo.
Por raro que pueda parecer, incluso el final.