jueves, 18 de noviembre de 2010
Maquiavélica perfección
Perfecto ejemplo de naturalidad. Pulcra y casta. Siempre con la cara lavada y cada temporada con un hombre diferente en la cama.
Perfecto ejemplo de sumisión, y aquí nada que objetar porque sin un titiritero cerca no existiría la marioneta.
lunes, 8 de noviembre de 2010
jueves, 4 de noviembre de 2010
Mismo escenario, distintos personajes.
Meses antes ella juró y perjuró que nunca lo haría. Le repugnaba el mero hecho de imaginarlo, pero una vez llegado el momento se dejó llevar. Aunque no le gustaba no podía parar hasta que el chip saltó, mil y un pensamientos le abordaron, su mente se evadió mientras las escena continuaba sin ella. Era patético observar aquel intento de algo que no le aportaba nada, pero el dichoso instinto y el persistente deseo de ser como los demás la condujeron a aquel colchón.
Al día siguiente, mientras le veía marchar asomada a la ventana, una ligera brisa le removía los cabellos y de ellos emergía su perfume. Parecía que nunca se iba a ir ese olor de su ser. Sentía asco de sí misma. Y lo peor de todo es que por primera vez era consciente de que el instinto animal no sólo pertenece al hombre. Ella no es distinta de los demás. Nota la suciedad traspasándole la piel y no es capaz de negarse a volverlo a hacer. Una y otra vez.
jueves, 28 de octubre de 2010
Casa vacía
A pesar de todo, es el hecho de seguir sonriendo mientras pasea por la casa recordando aquellos momentos felices que pasaron juntos, el que le hace quitarle un poco el polvo a su corazón y comenzar a evocar con dulzura un inolvidable romance. Ahora que todo está en silencio, que la soledad se adueña de cada rincón de aquel que fue su hogar durante unos días es cuando le asaltan miles de instantes en los que para ella no existía otra persona en el mundo aparte de él.
Alfonso era lo primero que veía al levantarse y lo último al acostarse. Era verano y el sofocante calor no era inconveniente para aquellos dos cuerpos que cansados, después del amor, dormían abrazados. Rozándose y sudorosos continuaban en contacto hasta que un nuevo amanecer tocaba a la ventana de una improvisada habitación. Más que una habitación para ellos era su guarida, su lugar de reunión.
Eva cruza la puerta del dormitorio y ve el baño, de repente recuerda una noche que fueron de fiesta por la ciudad. Alfonso, con el pelo aún mojado acababa de salir de la ducha y Eva salía del cuarto. Se cruzaron y se besaron suavemente en los labios. La joven se dirigió al salón donde algunos de sus amigos terminaban de comer el postre de la cena. Después la pandilla se dispuso a quitar la mesa y a adecentar un poco la casa antes de salir. Alfonso y Eva coincidieron en el pasillo, como dos adolescentes aprovechaban cada segundo de intimidad para mirarse, era como si fuera la primera vez que se veían, se dieron la mano y caminaron hacia donde se encontraban los demás . Mientras Eva recorre ese pasillo ahora solitario piensa qué estará haciendo él en estos momentos.
Alfonso era lo primero que veía al levantarse y lo último al acostarse. Era verano y el sofocante calor no era inconveniente para aquellos dos cuerpos que cansados, después del amor, dormían abrazados. Rozándose y sudorosos continuaban en contacto hasta que un nuevo amanecer tocaba a la ventana de una improvisada habitación. Más que una habitación para ellos era su guarida, su lugar de reunión.
Eva cruza la puerta del dormitorio y ve el baño, de repente recuerda una noche que fueron de fiesta por la ciudad. Alfonso, con el pelo aún mojado acababa de salir de la ducha y Eva salía del cuarto. Se cruzaron y se besaron suavemente en los labios. La joven se dirigió al salón donde algunos de sus amigos terminaban de comer el postre de la cena. Después la pandilla se dispuso a quitar la mesa y a adecentar un poco la casa antes de salir. Alfonso y Eva coincidieron en el pasillo, como dos adolescentes aprovechaban cada segundo de intimidad para mirarse, era como si fuera la primera vez que se veían, se dieron la mano y caminaron hacia donde se encontraban los demás . Mientras Eva recorre ese pasillo ahora solitario piensa qué estará haciendo él en estos momentos.
lunes, 25 de octubre de 2010
jueves, 21 de octubre de 2010
Hoy, granates.
Es como cuando una chica se está pintando las uñas y sin querer roza una de las recién esmaltadas. Por no empezar de nuevo, no se molesta en limpiarla y volver a poner el pintauñas, sino que encima de la superficie rugosa que ha quedado vuelve a echar una capa, y otra más, de ese líquido espeso que llena de color sus manos. Así hasta que las señales hayan desaparecido, pero en realidad no desaparecen, simplemente están ocultas.
jueves, 14 de octubre de 2010
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