Gargantas que se duelen al cantar,
cuerpos y miradas que estremecen.
Vaciarse hasta quedar desnudo
frente al que bebe del dolor que,
nota a nota, te sacudes.
nota a nota, te sacudes.
Desgarro poético y elástico
de una desazón inexplicable.
La voz,
cuando sale del alma,
no es voz.
Una voz rota,
que se quiebra,
que te llora.
El cuerpo y la pureza,
la melodía y el abismo,
el desgarro de la música,
y la suerte de sentir.