
"Algunas personas escuchan sus voces interiores con gran claridad y viven de acuerdo con lo que escuchan; esas personas se vuelven locas... pero se convierten en leyenda."

por lo que se estableció una ley en la que se le prohibía a la mujer casada de un samurái en batalla, que se viera con otro hombre que no fuera de su familia. La ley establecía que cualquier mujer sería libre de casarse o juntarse con amigos si ésta probaba que su esposo había muerto en combate. Curiosamente en registros nunca se encontró ninguna mujer ejecutada por esta ley, y sin embargo se encontraron tantas muertas como samuráis de distintas zonas. Ninguna de estas mujeres fue asesinada, ellas mismas cometían el seppuku (suicidio ritual para evitar la deshonra), y siempre frente a un árbol de flor de cerezo. La sangre que absorbía el cerezo provocó que sus flores se fueran tornando rosadas. Siempre que salía un samurái de su casa, se sembraba un árbol de cerezo en su honor.