domingo, 18 de febrero de 2018

El primer domingo del año


Repique de campanas que dan la bienvenida a las seis de la tarde.
Frío ambiente el del primer domingo del año, al que la luz,
siempre zalamera, empezaba a convencer para instalarse con él.
La plaza de aquel pueblo fue testigo del revolotear de unas mariposas
que volaban dentro de dos cuerpos que ya se estaban sintiendo.

Le alertaron las campanas.
Alzó la vista y allí estaba él.
Tan diferente a todo lo que les rodeaba,
parecía sacado de otra realidad solo para ella.
Él era el enlace con otra dimensión, la llave que abría una puerta que si ella no empujaba nunca cedería.

Ese domingo a las seis de la tarde se congeló la razón,
pero no las mariposas, que se cobijaban dentro, de donde siempre han bebido.

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