lunes, 16 de julio de 2018

A pocos centímetros de la piel


Gargantas que se duelen al cantar,
cuerpos y miradas que estremecen.

Vaciarse hasta quedar desnudo 
frente al que bebe del dolor que, 
nota a nota, te sacudes.

Desgarro poético y elástico
que alimenta corazones heridos 
de una desazón inexplicable.

La voz, 
cuando sale del alma, 
no es voz.

Una voz rota,
que se quiebra,
que te llora.

El cuerpo y la pureza,
la melodía y el abismo,
el desgarro de la música,
y la suerte de sentir.

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