sábado, 11 de junio de 2011

Bienvenido a mí

Tras una jornada de estudio a medias he descubierto algo. No sé exactamente si ha sido cuando volvía a casa caminando por el parque o en el momento en el que me duchaba.

Una voz desconocida despertaba mi atención diciendo primero eso de: "solo canto si tú me demuestras que es verde la luz de tus ojos de gata". Y entonces he recordado como había empezado la canción apenas segundos antes: "fue en un pueblo con mar una noche después de un concierto. Tú reinabas detras de la barra del unico bar que vimos abierto". ¡Claro, si es Sabina! Pero qué raro, juraría que en su canción decía algo así como "que me dejes abierto el balcón de tus ojos de gata. Será una nueva versión -pensé-. Pero es que después, otra vez la historia me volvió a captar y gracias a esta frase: "cómo explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario" he conocido hoy a Enrique Urquijo.

Esas palabras no podían ser de Sabina y esa voz me incitaba a ponerle rostro. Lo único que tenía era una frase y después de un rato navegando en Internet he dado con esa imagen. He encontrado varios artículos que he leído y releído. Me he empapado de actuaciones y admirado los sentimientos que despertaba en sus seguidores. He lamentado su indescriptible final y recopilado su historia en dos horas aproximadamente y ya me siento una más de las personas a las que les llega su música.

Cada uno de nosotros tenemos un estilo musical muy marcado y el error (o no) está en no dejar la puerta abierta a conocer otras variantes. Puedo parecer una inculta por conocerle a estas alturas, y quizá lo sea, pero afortunadamente, por inquietudes y casualidades del destino mi abanico se amplía cada vez más y tal día como hoy puedo darte la bienvenida a mí, Enrique Urquijo. Me lo presento y os lo presento, a quien todavía, necios como yo, desconocieran a este compositor.


De 'Los Secretos' había oído las típicas tres o cuatro canciones que resultan ser más populares entre el público general. En este caso sabía de la existencia de "Déjame", "Pero a tu lado" o "Agárrate fuerte a mí María". Creaciones que por cierto, no tenía ni idea de que fueran de esa banda debido a que en mi cabeza hay un mejunje un poco extraño de grupos de los 70/80. Sé de todos y no sé de ninguno. Como iba diciendo, hay muchas más canciones que me quedan por descubrir de 'Los Secretos' y estoy ansiosa porque sé que las expectativas que me he forjado con todo el material visto y escuchado obtendrán sus frutos. He leído tanto y tan bonito... No se puede hablar de una forma tan bella de una mentira. No me lo creo. Así que será verdad lo bueno que dicen. De hecho, ya he empezado a comprobarlo. Decían de él que era un fracasado triunfador, que su caracter era triste y dulce a la vez, que cuando se deprimia desaparecía días enteros en las calles de Madrid sin que nadie supiera donde estaba. Por eso Urquijo decidió terminar de esa manera la canción que Sabina y él empezaron componiendo juntos. Ambos cantantes decidieron escribir juntos una pieza, aunque resultó que cada uno quería llevar la canción por una dirección distinta al otro y optaron por elaborar cada uno su propia obra de arte. Porque eso son las dos: arte en el que se retratan. La de Sabina es desenfadada y pícara; el protagonista disfruta de una noche apasionada y llegado el momento se lía a pedradas contra las farolas bajo el nombre de Y nos dieron las diez. Mientras que Enrique Urquijo, a pesar de que su protagonista coincide con el de Sabina en el hecho de sentirse herido, lo muestra desde una perspectiva frágil y más profunda que deja entrever miedos e inseguridades. El tono de su voz ambienta perfectamente la historia. Ojos de Gata finaliza con unas palabras que, emocionadas, muestran la esencia melancólica del fallecido vocalista de 'Los Secretos' y posteriormente de 'Los Problemas', Enrique Urquijo: "Cómo explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario..."

Os dejo unas fotos de Enrique y su hija María, a la que le dedica una de las canciones antes mencionada "Agárrate a mí María". Preciosa letra.
Agárrate fuerte a mí, María y no llores más por mí
Volveré a por tí algún día y escaparemos de aquí.
Agárrate fuerte a mí, María. Agárrate fuerte a mí
que tengo miedo y no tengo donde ir.

Sin más

Sé que mi vida no sería igual sin él
y lo quiero por ser quien es,
pero que nadie me pida que lo demuestre.
No se lo merece.