martes, 22 de noviembre de 2011

Fortaleza


Riing. Riiiiiinng.
A partir de ahí todo se desmorona. Ella continúa con el teléfono en la oreja mientras sus ojos se inundan poco a poco de lágrimas. Siente que no puede hablar, que de un momento a otro no podrá seguir conteniendo el llanto. Silencio. Candela, con la voz entrecortada, acierta a decir unas palabras, pero es Victoria quien continúa por ella. Ya estaba todo dicho. Guardó su teléfono y se limpió las lágrimas antes de que ninguna compañera del internado pudiera verla. Se cruzaba con ellas por los pasillos, iban tan alegres, tan contentas porque era la hora del recreo y, sin embargo, Candela no tenía fuerzas ni para llegar a su habitación. Cuando al fin lo consiguió, se sintió morir. Su llanto era agónico, desesperado y sobre todo, amargo. Parecía que le iba a estallar la cabeza de tanto llorar, la mandíbula le temblaba y sus ojos apenas podían abrirse. No podía más y lo peor era que la historia acababa de empezar.

Cientos de noches, desde hace ya muchos años, Candela se acostaba y se levantaba con el mismo pensamiento. Era una tortura. Hacía un tiempo que esas ideas no acosaban su cabeza, sólo aparecían a veces. Pero ahora más que nunca vuelve a aquella época. Tiene miedo y no se cree capaz de volver a pasar por lo mismo. Ella no podría soportarlo, y reza para que él si pueda. Para que sea fuerte por todos y no deje que se apaguen sus risas. Dependen de él.

martes, 16 de agosto de 2011

Nada especial

Era la hora de partir, pero no le encontraba. Me extrañó que no estuviera junto a la puerta esperándome. Debía llevarme con su coche a una cita. Siempre soy la última en estar lista para salir y él es muy puntual. Me puse a buscarlo por toda la casa. Se hacía tarde.

Allí estaba. Sentado en el sofá del salón, con los ojos empañados y la mirada fija en la televisión. Observaba una película que ya había visto en otra ocasión. Según me contó más tarde, es un film que siempre logra emocionarle, aunque sepa de antemano lo que va a suceder. Versa de una historia de amor, una de tantas. Con un esperado desenlace. Y aún así, su ánimo se desestabiliza. Pasó al baño y momentos después ya estábamos saliendo de casa.

En el coche le noté algo distraído e hice una broma sobre la película para romper el hielo. Entonces me dijo: "A él también le emocionaban estas cosas. Cuando veíamos la tele, a veces, se le caían las lágrimas con algún programa. Era como yo. Tenía el corazón débil... tan débil." Mi única reacción fue anunciarle que ya habíamos llegado, que me podía dejar ahí y marcharse. Bajé del coche y esperé a que arrancara. Le despedí con una melancólica y tierna sonrisa. Evitándo centrarme en sus ojos, alcé la mano, abriéndola y cerrándola. Igual que los niños cuando dicen adiós. Como un pequeño triste que sabe que más tarde volverás pero que por el momento se queda solo. Yo estaba sola. Y él también.

sábado, 11 de junio de 2011

Bienvenido a mí

Tras una jornada de estudio a medias he descubierto algo. No sé exactamente si ha sido cuando volvía a casa caminando por el parque o en el momento en el que me duchaba.

Una voz desconocida despertaba mi atención diciendo primero eso de: "solo canto si tú me demuestras que es verde la luz de tus ojos de gata". Y entonces he recordado como había empezado la canción apenas segundos antes: "fue en un pueblo con mar una noche después de un concierto. Tú reinabas detras de la barra del unico bar que vimos abierto". ¡Claro, si es Sabina! Pero qué raro, juraría que en su canción decía algo así como "que me dejes abierto el balcón de tus ojos de gata. Será una nueva versión -pensé-. Pero es que después, otra vez la historia me volvió a captar y gracias a esta frase: "cómo explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario" he conocido hoy a Enrique Urquijo.

Esas palabras no podían ser de Sabina y esa voz me incitaba a ponerle rostro. Lo único que tenía era una frase y después de un rato navegando en Internet he dado con esa imagen. He encontrado varios artículos que he leído y releído. Me he empapado de actuaciones y admirado los sentimientos que despertaba en sus seguidores. He lamentado su indescriptible final y recopilado su historia en dos horas aproximadamente y ya me siento una más de las personas a las que les llega su música.

Cada uno de nosotros tenemos un estilo musical muy marcado y el error (o no) está en no dejar la puerta abierta a conocer otras variantes. Puedo parecer una inculta por conocerle a estas alturas, y quizá lo sea, pero afortunadamente, por inquietudes y casualidades del destino mi abanico se amplía cada vez más y tal día como hoy puedo darte la bienvenida a mí, Enrique Urquijo. Me lo presento y os lo presento, a quien todavía, necios como yo, desconocieran a este compositor.


De 'Los Secretos' había oído las típicas tres o cuatro canciones que resultan ser más populares entre el público general. En este caso sabía de la existencia de "Déjame", "Pero a tu lado" o "Agárrate fuerte a mí María". Creaciones que por cierto, no tenía ni idea de que fueran de esa banda debido a que en mi cabeza hay un mejunje un poco extraño de grupos de los 70/80. Sé de todos y no sé de ninguno. Como iba diciendo, hay muchas más canciones que me quedan por descubrir de 'Los Secretos' y estoy ansiosa porque sé que las expectativas que me he forjado con todo el material visto y escuchado obtendrán sus frutos. He leído tanto y tan bonito... No se puede hablar de una forma tan bella de una mentira. No me lo creo. Así que será verdad lo bueno que dicen. De hecho, ya he empezado a comprobarlo. Decían de él que era un fracasado triunfador, que su caracter era triste y dulce a la vez, que cuando se deprimia desaparecía días enteros en las calles de Madrid sin que nadie supiera donde estaba. Por eso Urquijo decidió terminar de esa manera la canción que Sabina y él empezaron componiendo juntos. Ambos cantantes decidieron escribir juntos una pieza, aunque resultó que cada uno quería llevar la canción por una dirección distinta al otro y optaron por elaborar cada uno su propia obra de arte. Porque eso son las dos: arte en el que se retratan. La de Sabina es desenfadada y pícara; el protagonista disfruta de una noche apasionada y llegado el momento se lía a pedradas contra las farolas bajo el nombre de Y nos dieron las diez. Mientras que Enrique Urquijo, a pesar de que su protagonista coincide con el de Sabina en el hecho de sentirse herido, lo muestra desde una perspectiva frágil y más profunda que deja entrever miedos e inseguridades. El tono de su voz ambienta perfectamente la historia. Ojos de Gata finaliza con unas palabras que, emocionadas, muestran la esencia melancólica del fallecido vocalista de 'Los Secretos' y posteriormente de 'Los Problemas', Enrique Urquijo: "Cómo explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario..."

Os dejo unas fotos de Enrique y su hija María, a la que le dedica una de las canciones antes mencionada "Agárrate a mí María". Preciosa letra.
Agárrate fuerte a mí, María y no llores más por mí
Volveré a por tí algún día y escaparemos de aquí.
Agárrate fuerte a mí, María. Agárrate fuerte a mí
que tengo miedo y no tengo donde ir.

Sin más

Sé que mi vida no sería igual sin él
y lo quiero por ser quien es,
pero que nadie me pida que lo demuestre.
No se lo merece.

miércoles, 20 de abril de 2011

Ignorancia

Hay tres sentimientos o comportamientos, no sé cómo catalogarlos, horriblemente repulsivos que puede desarrollar una persona a lo largo de su vida. Uno es la envidia, otro el victimismo y por último, que no menos importante, el desagradecimiento. Un cóctel letal que se deriva en la amargura de un rostro. En lo sucio de una mirada y en lo asqueroso de unas acciones.

viernes, 15 de abril de 2011

La música como denuncia social

'In The Ghetto', una fabulosa canción del mítico Rey del Rock.

"Bien, el mundo continúa y un pequeño chico,
con una nariz moqueante, juega en la calle
mientras sopla el viento frío en el gueto."

miércoles, 13 de abril de 2011

Distorsión

Momentos de fresas con nata en blanco y negro

jueves, 7 de abril de 2011

Boom

No sabes si es algo malo. Desde luego bueno tampoco es, pero cómo no sabes que te está sucediendo lo mejor es intentar no ponerle nombre ni mucho menos solución.

sábado, 2 de abril de 2011

Print

Esa fue la casa que nunca conocí. La habitación que tanto imaginé y, como suele suceder, no esperaba que fuera así. Sin embargo la expresión de su cara sí es la que en mis fantasías dibujé y, como suele suceder, no era yo la que le acompañaba en la fotografía. Aunque, por otro lado, y por mucho que a veces nos empeñemos... no es oro todo lo que reluce ni tan sinceras las apariencias.

miércoles, 30 de marzo de 2011

El escondite

La protegería ante todo, me lo pidiera o no. Pero hay ocasiones en las que no se puede, el destino ya decidió su modo de vivir. Desde bien pequeña está predestinada a crecer rodeada de unas condiciones que le hacen daño, que le hacen sufrir día tras día. Ella lo sabe. En el fondo y, a pesar de su corta edad, sabe que su situación no es como la de las demás niñas de su clase. Su entorno no es el más propicio. Y aún así, se enjuga sus lágrimas por la noche, para que nadie la vea llorar. Y aún así defiende a mamá, y aún así desea con todas sus fuerzas que papá esté el año que viene junto a ella el 19 de marzo, ya que éste mes volvió a faltar.

Odio ser testigo de como esa carita de princesa se va tornando en amargura y de como crea una especie de coraza contra la felicidad. Ridiculiza los comportamientos dulces y cariñosos porque lo único que quiere es ser la protagonista de esos mimos. Atenciones que no tuvo y que probablemente no tendrá de las personas que más quiere en su vida.

La conozco. Sé cuál es el momento preciso en el que su corazoncito se encoje a través de su mirada... he visto esa expresión tantas veces reflejada en sus preciosos ojos que me siento impotente de no poder apoyarla. Lo intento, de veras, pero ella no me deja acceder. Hay ocasiones en las que parece que me aproximo, que la cubro con mi manto, que la abrazo y se desahoga, que sonríe y es feliz. Pero el tiempo no da para más. Es imposible estar con ella al cien por cien. No soy su madre y sólo Dios sabe lo que me gustaría serlo. Es entonces cuando mi pequeña se vuelve a esconder y crece de repente.

sábado, 26 de marzo de 2011

Los aforismos de Richard Fish

- ¿Crees que es posible que no sea objetiva en este caso?
- ¿A qué te refieres?
- Bueno, ya sabes, ella es una...
- ¿Una qué?
- Una mujer.
- Ah.
- Y con el sexo y el acoso sexual no son imparciales.
-¿Las mujeres?
- Sí.
- Ayudame un poco, Richard. ¿Es alguno de tus aforismos?
- No, pero ocurre como te digo. Las mujeres por norma odian a las mujeres guapas, pero por norma también simpatizan con las mujeres víctimas porque son también mujeres. ¿Me comprendes?
- Hago lo posible.
- Es así. Las mujeres quieren ver destruidas a las demás mujeres, pero como mujeres no quieren ser ellas las que las destruyan.
- Si logras decirlo de forma inteligible puede ser otro aforismo.
- ¿Sí?

miércoles, 23 de marzo de 2011

Curiosa Ally

Pues sí. Peculiar Ally Mcbeal. Constantemente se muestra insegura pero en el fondo sabe muy bien lo que quiere. En una ocasión dijo: "quizá soy feliz y ni si quiera lo sé"; argumentaba que tenía grandes amigos, una familia que la amaba, un buen trabajo y largos baños de burbujas. Sin embargo, se sentía sola.

Ally representa una etapa de la vida. Un desplome y un necesitar creer en algo. La nostalgia, el pesimismo y el resentimiento forman parte de un entorno en el que siguen sucediendo cosas, incluso en las que se ve involucrada. El mundo gira contento, desmoralizado o impasible; pero gira mientras Ally camina por las calles y comprende que esas mismas calles continuarán en idéntico lugar noche tras noche: con o sin ella, con o sin sus sentimientos.

Es entonces cuando aprende cómo funciona esto. Sabe que una vez que ha experimentado ciertas sensaciones es probable que jamás las olvide. A partir de ahí llevará consigo una base de la que nacerán sus días.


Irónica e ingenua Ally,
"Hoy será un dia... menos malo, lo puedo sentir. A veces despierto y sé que que todo irá... bueno, menos mal que lo habitual."

"Tengo una gran imaginación, pero en ocasiones necesito que las cosas ocurran de verdad."

miércoles, 9 de marzo de 2011

Sentimiento

Cuando un cantante, un pintor o un escritor logre emocionar con su trabajo
tan sólo a una persona, con eso, ya habrá cumplido su objetivo.

domingo, 27 de febrero de 2011

Nadie me avisó que sería así

La obra literaria de un escritor suele atravesar diferentes fases; ya sea la de un místico o la de un romántico. Generalmente, los expertos, achacan los viajes por las estaciones temáticas a la edad de los escritores. Me explico: el niño hablará de fantasías, el joven hablará de amor y desamor, el adulto mezclará las dos etapas anteriores y se piensa que cuando un autor va envejeciendo reflexiona con frecuencia sobre la muerte porque la siente cada vez más cerca.

Con el paso del tiempo yo también lo estoy meditando y el motivo no es la vejez. La razón es la misma muerte. Cuando llega el momento en el que ves cómo van desapareciendo las personas que siempre han estado ahí, entonces te das cuenta de que llegará un momento en el que toque despedir a alguien más. De nuevo te encuentras en el Camposanto para ver marchar al siguiente, y de paso, visitar a aquellos que se le adelantaron. Adecentas el lugar y colocas unas flores. Y allí mismo, con las manos mojadas por el agua que gotea de los pétalos, comprendes que no queda nadie a quien decir "Adiós".

Mirarás tus manos y las verás arrugadas. El tiempo ya pasó para ti. El mundo sigue su ritmo y tú no puedes seguirlo, no quieres seguirlo. Todo aquello que te hacía feliz quedó muy atrás. Lo único que permanece eres tú y si en alguna ocasión te hacen dudar o te doblegan a un segundo plano, recuerda que sigues siendo la misma aunque ahora en lugar de dorados, tus cabellos se tornen grisáceos.

sábado, 19 de febrero de 2011

"El Club de los Poetas Muertos"

Fui a los bosques porque quería vivir a conciencia

Quería vivir a fondo

y extraer todo el meollo a la vida

Dejar de lado todo

lo que no fuera la vida

para no descubrir,

en el momento de la muerte,

que no había vivido.

martes, 15 de febrero de 2011

La Luna ya no volvió a ser del mismo color

Habitación 616. Allí estaba ella. Sin creerlo aún. En apenas unos minutos su mundo se había puesto patas arriba. Tenía esa extraña y típica sensación que tiene una niña la noche del 5 de enero. Llegan los Reyes Magos y los niños mezclan la impaciencia y el respeto. Él le había mandado un mensaje al móvil diciéndo que pronto se verían. Había planeado un viaje. Los pasajes ya estaban comprados. Ella se encontraba en el hotel escribiendo como si la historia no le perteneciera. Como si fuera un relato intruso.

La chica, tendida sobre la cama, tecleaba las minúsculas teclecitas de su notebook mientras imaginaba el reencuentro. Como tantas otras veces a jugado con dejar volar sus pensamientos... ideas que al final quedaban suspendidas en el aire, sin más. Esta vez parece que iba a ser cierto y probablemente, lo que sucederá en esos cuatro días lo recordará toda la vida con la mejor de sus sonrisas: porque ella también tiene derecho a vivir uno de esos amores que sólo suceden en los libros.