domingo, 13 de junio de 2010

20*

El mar estaba ligeramente revuelto. El viento ondeaba las banderas. El cielo hermosamente azul dejaba apreciar unas nubes que no habían salido a tiempo de encapotar el firmamento. A su alrededor los niños jugaban a sepultarse en la arena. Un ambiente ambiguo el que la rodeaba, pero ella lo tenía muy claro. Tumbada en aquella toalla naranja contemplaba el paisaje acompañada de una peculiar banda sonora: un popurrí de dispares canciones que cuidadosamente seleccionó hace varios días para su mp4.

De repente, algo la distrajo. Una pareja con su niño acompañada de unos amigos le hizo pensar... decidió que ese estilo de vida no estaba hecho para ella. La chica de la toalla naranja será libre como el mar. Existirá como él. La mano del hombre no construirá paredes que limiten su espacio. Ella no es un animal de piscifactoría. La arena poco a poco fue agolpándose en su cara, "¡dichoso aire! -pensó- cuando salga del agua me dará frío, mejor no bañarme hoy".

Entre divagaciones y frases breves descubrió lo efímero de nuestro paso por el Mundo, y a riesgo de sonar a tópico reflexionó sobre los pedruscos que hay en el camino y sobre la capacidad que todos tenemos para saltarlos, rodearlos o escalarlos. Discurrió en lo poco que valoramos las cosas que tenemos cuando las tenemos y en lo idiotas que somos al echarlas de menos cuando nunca las aprovechamos. Hay miles de cosas preciosas que nunca llegamos a ver. ¿Superficialidad? Quizá.

- "Los hombres y las mujeres de hoy en día necesitan tenerlo todo bajo supervisión... ¿Por qué ese empeño de controlar, dirigir y mandar si el destino se escapa a nuestro alcance?" Al hilo de esa intraconversación consigo misma recordó unas palabras que escribió en su libreta esa misma semana y que sino le otorgaban una respuesta, por lo menos la guiaban a actuar diferente a los demás: "En mi opinión, tan sólo se vuelven a cruzar los caminos de aquellas personas que están destinadas a ser una pieza importante y significativa en la vida de ese ser humano con el que se toparon tiempo atrás."

Tal vez dejarse llevar, como dijo la canción, suena demasiado bien; pero en ocasiones deberiamos despreocuparnos por conflictos menores y no darle vueltas a las ideas porque sinceramente no lleva a ningún sitio. Dejemos que las energías fluyan sin más.

- "Otra vez esta puñetera arena... ¿y yo qué hago hablando sola? ¡Peor aún! ¿Por qué estoy pensando si en mis pensamientos sostengo que no hay que pensar? Bah... me voy al agua"

Se levantó de la toalla y quitándose los auriculares comenzó a andar bajo la atenta mirada de una madre que por allí cerca estaba.

Aunque la brisa hacía inexistente ese agobiante bochorno propio de un día de playa, decidió bañarse. Disfrutar del mar.

1 comentario:

  1. creo que ya no hace falta que te diga lo de:
    "en tu línea" no? :)

    increible :O

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